2. Las luchas salvadoreñas han sido signadas por reacciones extremamente violentas de los grupos hegemónicos. En 1932, ante una insurrección campesina, demandando tierra y trabajo, la oligarquía terrateniente salvadoreña liderada por el gobierno de turno responde con una represión cruel y totalmente desproporcionada asesinando a más de treinta mil personas.
Para que nos hagamos una idea del impacto de esa masacre en términos humanos debemos apuntar que en 1932 el Salvador tenía aproximadamente un millón de habitantes. O sea, que en un país de 100 millones de habitantes como México, representaría la terrible suma de 3.200.000 personas asesinadas. Además del impacto numérico, la crueldad y odio clasista sumario de la masacre fue impresionante. En esa masacre fue asesinado el líder del movimiento -Farabundo Martí-, quien da su nombre al frente guerrillero que dirigió la lucha armada en la década de los ochenta, que representó a la izquierda salvadoreña en el proceso de paz que se firma en 1992, y a partir de ahí, convertido en movimiento y partido político, se presenta como alternativa popular en sucesivas elecciones. Obtiene una bancada de diputados que viene creciendo desde el 92 y ahora llega a triunfar, en las elecciones presidenciales.
3. Cuando fue asesinada en pleno la comunidad de Jesuitas de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), incluyendo a Doña Elba Ramos y su hija Celina, de 15 años (Nov. 1989) (1) ya gobernaba el país el Partido Arena. Es imposible que las autoridades supremas del país no supieron de un acto de tan gran trascendencia política como el asesinato de personas con relevancia y prestigio internacional, en un área de la ciudad considerada estratégica y en la que solamente se podía circular por la noche con autorización especial del ejército.
Las investigaciones del asesinato de Mons. Romero apuntaron al Mayor Roberto D’Abuisson, fundador de Arena, como autor intelectual del mismo. Después de conocerse esa investigación fueron electos en el Salvador cuatro sucesivos presidentes, candidatos de Arena: Cristiani, Calderón Sol, Francisco Flores y Antonio Saca. No deja de ser paradójico e impactante que aún ejerciendo el chantaje y agitando el miedo, el partido Arena, heredero de D’Abuisson, a quien nunca deslegitimaron ni expulsaron, consiguiera elegir presidentes marcados por el asesinato de Romero y otros en crímenes horrendos (Sumpul, Comunidad de la UCA), mundialmente conocidos y condenados por gobiernos, instituciones y personalidades.
El cortar este ciclo de vergüenza y sacar del gobierno a Arena, es efectivamente superar la dolorosa paradoja, y expresa que el puedo salvadoreño es hoy mas lúcido y claro que en las elecciones anteriores. Con la nueva elección la mayoría del pueblo está diciendo que ya podemos resistir el chantaje de que elegir al FMLN (Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional) es confrontarse con Estados Unidos y poner en peligro el envío de los dólares que los laboriosos migrantes salvadoreños despachan a sus familiares desde Norteamérica. 4. El Salvador es hoy uno de los países con mayor índice de violencia del continente con 117 homicidios por cada 100.000; es conjuntamente con Guatemala el país con mayor inequidad, en la desigual Centroamérica. Podemos leer el resultado de la elección del pasado 15 de marzo de 2009 como expresión de una voluntad política de ir superando esta desigualdad y sus consecuencias. El ahora presidente electo, Mauricio Funes, ha expresado que su gobierno desea asumir como guía la opción por los pobres, proclamada firme e incansablemente por Monseñor Romero. Como sabemos, Monseñor fue muy concreto al hablar de una opción por la causa de los pobres. Y subrayó que un pueblo para ser respetado y tomado en cuenta debe ser organizado.
5. Es también uno de los países con mayor número de migrantes en relación a su población; hay cerca de 2.500.000 salvadoreños en el exterior. Posiblemente por eso Romero haya sido capaz de suscitar durante la década de los ochenta un vigoroso movimiento de solidaridad con el pueblo salvadoreño, que aun se mantiene vivo.
Sea este histórico 15 de marzo un estímulo para seguir avanzando en la lucha por los derechos humanos de los migrantes, amenazados por leyes discriminatorias en los servicios de educación y salud en Estados Unidos, por la ‘Directiva del Retorno’ en Europa y por una xenofobia creciente en muchos países desarrollados. Sea también una motivación para la revitalización de una dinámica solidaria entre todos los pueblos latinoamericanos que están avanzando por el camino de la conquista de una mejor calidad de vida para sus pueblos, por un mayor respecto a la naturaleza "única casa común" y fuente de vida.
Que el espíritu de Monseñor, que convocó a la solidaridad mundial con los pueblos en lucha de América Central (Guatemala, El Salvador, Nicaragua) en los años ochenta, nos interpele a los latinoamericanos a ser más solidarios en la dimensión Sur-Sur y; que desafié a los países del mundo económicamente desarrollado a realizar nuevas formas de solidaridad, respetando la autonomía de pueblos empobrecidos y propiciando relaciones de intercambio justo.
6. El Salvador ya tenía una importante y vigorosa organización popular que ya funcionaba desde los años 20 y 30 del pasado siglo XX. Como en muchas partes de América Latina, las organizaciones revolucionarias salvadoreñas han experimentado divisiones, sectarismo y atomización. La muerte del poeta Roque Dalton (2) y de la Comandante Ana María (3) son un ejemplo de ello. El triste papel de Joaquín Villalobos (4) también. Los resultados alcanzados en 2009 manifiestan un avance en la unidad y al mismo tiempo son una invitación para alcanzar una mayor unidad política y organizativa, en torno a los intereses populares.
7. El Salvador es la patria de Mons. Oscar Arnulfo Romero, de muchos sacerdotes, pastores religiosos y religiosas que anunciaron una buena nueva concreta para su pueblo. Es la patria de miles de mártires dirigentes sociales, comunitarios, campesinos/as y pobladores pobres, caídos desde la masacre de 1932 hasta la masacre del Sumpul y el asesinato colectivo de la comunidad de Jesuitas de la UCA. Por eso es un desafío para todos los cristianos que creemos en el poder multiplicador de la semilla que cae, se pudre y fructifica, a renovar nuestra fe y esperanza y buscar los caminos, los medios y las formas para la construcción de una sociedad menos injusta, menos violenta, comenzando por nuestro propio entorno, en el rumbo de los valores del Reino anunciado por Jesús y recordado por Romero. Es un desafío a todas las personas con sensibilidad social y humana, a trabajar por la plena conquista de los derechos humanos sociales e individuales, por unidad de los pueblos latinoamericanos.
Notas:
(1)Masacre de la UCA: La madrugada del 16 de noviembre de 1989, en plena ofensiva del entonces insurgente Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), varios soldados irrumpieron en el campus de la Universidad Centroamericana José Simón Cañas (UCA) de El Salvador y mataron a sangre fría a seis sacerdotes católicos de la orden jesuita y a dos trabajadoras de la residencia religiosa.
(2)Roque Dalton García (San Salvador, 14 de mayo de 1935 - 10 de mayo de 1975) fue un poeta y político revolucionario de El Salvador. Describía con cruda realidad sobre la conformación social y económica del El Salvador.
(2)Comandante Ana María: Mélida Anaya Montes, guerrillera salvadoreña conocida como Comandante Ana María, fue muerta el 6 de abril de 1983, a los 53 años, en Montefresco, en la Carretera Sur, en Managua.
(3)Joaquín Villalobos: Fundador y máximo dirigente del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) una de cinco organizaciones que conformaron en 1980, el FMLN, durante la Guerra Civil de El Salvador. Continuó como miembro del FMLN hasta 1994. En 1995, abandonó el FMLN para formar un nuevo partido político centrista, el Partido Demócrata, que desapareció en 1999. Ahora es un crítico abierto de la izquierda de El Salvador y él también ha sido públicamente crítico de todos los movimientos de izquierda de otros países latinoamericanos.
